PROPUESTA DE EXPRESIÓN ESCRITA PARA EL MEDIEVO

En clase se respira ambiente medieval, por lo que propongo a los alumnos que se inspiren e imaginen que son un personaje de la época, que explica en primera persona un momento emocionante de su vida.

08 febrero 2010

EL GENERAL DEL EJERCITO ESCOCÉS de Arnau Tabueña

Soy William Wallace, noble y general del ejército escocés. Llegar hasta tan arriba no fue fácil, yo nací pobre, mi padre era vasallo del heredero al trono de Inglaterra. Yo, como buen hijo, trabajaba y labraba las tierras de mi señor. Era feliz como era, pero mi felicidad se desvaneció cuando Escocia entró en guerra; a mí, desgraciadamente, me reclutaron para el campo de batalla.

La primera noche en los jardines del infierno me pareció una eternidad, pero al paso de los días el tiempo corría más rápido para mí, cada día era más corto que el anterior; a los seis meses de estar en la guerra, las horas pasaban como minutos, los días se transformaban en semanas, las semanas se convertían en meses…
La masacre duraba y duraba, hasta que llegó el día del juicio final. En ese día los más grandes cayeron, hasta nuestro general, el noble al cual le labraba las tierras, el heredero al trono, sir Edward Smith caía desarmado ante el cabecilla del otro ejército. Yo, al verlo, fui abalanzándome hasta su ubicación, llegué a clavarle la espada a tiempo a su enemigo, salvándole así de una muerte segura; pero lo más importante era que, acabando con aquel bellaco, había destruido cualquier impedimento para Escocia, terminando así con la razón de esa sangrienta batalla.
Sir Edward, para agradecérmelo, me nombró Conde de Edimburgo. Cuando Sir Edward volvió a casa, el Rey lo nombró un alto cargo del ejército inglés. Él aceptó con mucho gusto y, al recordar esos meses de duras pérdidas, le surgió mi nombre; él quiso nombrarme su mano derecha, honor que acepté con placer.
Acompañando a mi señor en innumerables batallas no fuimos conociendo cada vez más hasta llegar a tener un mutuo apoyo, hasta llegar a ser verdaderos amigos.
A partir de ese día Inglaterra no perdió una sola batalla que se librara en el norte. Pero la lista de enemigos de Inglaterra iba acrecentándose por momentos, el más malvado y despiadado era Rodrigo Borgia, apodado El Español. Ese hombre fue tan cruel que contrató al mejor asesino de España para que matara a mi buen amigo y señor, sir Edward Smith. Haciendo honor a su título, el asesino cumplió su misión.
Yo, lleno de rabia y de dolor, fui en busca del asesino y tras su muerte, recluté a mis mejores hombres y me encaminé hacia España. Había pasado de ser un tema territorial… a ser algo personal.
Una vez en España, me infiltré en el ducado de Gandía, la casa señorial de los Borgia. Sigilosamente me acerqué a los aposentos de El Español, que estaba dormido y mientras éste descansaba, lo envenené para verlo sufrir. Al empezar a hacer efecto la sustancia, despertó y me miró fijamente; pocos segundos después, murió y los guardias entraron en los aposentos y me arrebataron la vida.
No me importó entregar mi vida, ya que había liberado el alma de mi amigo, con el que me dirigía a estar en aquellos momentos y junto con otros muchos hombres que dieron la vida junto a mí. Por fin podía descansar en paz.

1 comentario:

julio dijo...

tio, me gusta cuando hablas después de muertoXD,
es una voz ultratumba :)