PROPUESTA DE EXPRESIÓN ESCRITA PARA EL MEDIEVO

En clase se respira ambiente medieval, por lo que propongo a los alumnos que se inspiren e imaginen que son un personaje de la época, que explica en primera persona un momento emocionante de su vida.

06 febrero 2010

EL INICIO DE UNA VIDA DIFERENTE de Elna Roca


La posada estaba llena, yo iba de un lado al otro sirviendo e intentando esquivar a los hombres, ya muy ebrios en aquellas horas de la noche. Breida, la dueña de la posada, me llamó y yo, obediente, fui a ver qué quería. Le debía todo a aquella mujer que, a pesar de su fuerte carácter, me había acogido cuando falleció mi madre. Desde pequeña, mi hermano me había hecho de tutor y es por eso que hoy sé leer y escribir, cosa muy extraña en una mujer. Bron era el mejor hermano que habría podido tener. A parte de enseñarme a leer y escribir me enseñó también a distinguir las diferentes hierbas medicinales y a luchar para poder defenderme. Mi madre era una mujer débil y sobrevivíamos gracias a los trabajos de Bron. Pero eso no era suficiente así que decidió ir a la ciudad a buscar un buen empleo para poder mantenernos a mi madre y a mí.
-Volveré- dijo antes de partir. Y no volvió.

Yo empecé a ganar algún dinero limpiando las casas de pueblo pero todo fue en vano y un día mi madre cayó enferma. No tardó muchos días en ser devorada por la enfermedad. Estuve tres días llorando y así es como me encontró Breida, que me ofreció comida y techo a cambio de trabajar en su posada. Ahora me encontraba frente a ella y parecía asustada. Yo nunca la había visto tan pálida.
-Veridiana, ¿ves aquellos hombres? -me dijo señalando un grupo de soldados que bebían emitiendo sonoras carcajadas-. Están interesados en ti. Ofrecen mucho dinero, seguramente querrán hacerte su criada. De momento los he podido retener pero no se irán con las manos vacías. Se te llevarán tanto si quieres como si no. ¿Entiendes lo qué significa esto?
Yo me había quedado sorprendida y horrorizada. Por un momento pensé que Breida me iba a traicionar y me vendería a esos hombres. Negué con la cabeza sin entender qué pretendía.
-Significa -procedió- que tienes que escaparte. Tienes que huir lo antes posible. Coge algunas cosas de la despensa y algo de ropa. Si vas en línea recta en dirección al este, al cabo de dos días de camino encontrarás un pueblo bastante grande llamado Cáliston. Allí seguro que encuentras un buen trabajo y sitio donde alojarte. ¡Corre, ve a prepararte las cosas y vete!
Me quedé paralizada acabando de asimilar todas las instrucciones que me acababa de dar. El sonido de un vaso al romperse me hizo reaccionar y subí a mi habitación corriendo. Cogí mi bolsa y puse dentro la ropa indispensable. Luego bajé a la despensa y añadí al equipaje un poco de embutido, queso y pan. Me dirigí a la cocina para despedirme pero Breida me señaló la puerta indicándome que me fuera. Y así lo hice. Empecé a caminar en dirección al este como me habían dicho. Al cabo de un rato, decidí dormir hasta el alba, ya que todo era muy oscuro. Me estiré en la hierba húmeda y allí pasé la noche. Durante dos días estuve caminando sin encontrarme ningún rastro de vida humana. Al tercer día empecé a desesperarme. Se me estaban acabando las provisiones y no había ni rastro del pueblo. Pensé que me había perdido y que me moriría de hambre. Cuando mis fuerzas estaban llegando al límite entreví en el horizonte la silueta del pueblo. ¡Por fin lo había encontrado! Apurando mi último aliento empecé a caminar y no paré hasta que llegué a Cáliston. Al llegar a las puertas casi no podía respirar a causa del esfuerzo. Con la esperanza de encontrar alguna posada donde poder descansar continué andando por las calles bulliciosas. Definitivamente Cáliston era mucho más grande que mi pueblo. Conseguí encontrar una posada y pagué una habitación con mis ahorros, que siempre llevaba encima.
Dormí hasta el mediodía del día siguiente. Decidí ir a dar una vuelta por el pueblo. Mientras caminaba, empecé a pensar en mi futuro. Tenía que conseguir ganar dinero de alguna forma ya que mis ahorros no me durarían mucho y tenía que pagarme la comida i la cama. Empecé a preguntar en posadas y establecimientos si necesitaban algún ayudante, pero todos me decían que ya tenían suficiente gente. Ya no sabía donde más preguntar. De camino a la posada me fijé en una parada en la que no había reparado antes. Allí un hombre de mediana edad escribía sin parar los pedidos de los clientes. Era un escribano. Me acerqué más para distinguir los símbolos grabados en el papel. Recordé las enseñanzas de mi hermano y empecé a descifrar cada letra y los textos empezaron a cobrar sentido. El escribano, al verme tan concentrada, me preguntó si necesitaba algo.
-No -le contesté.- Lo siento, es que hacía mucho tiempo que no veía un texto escrito y no he podido evitar acercarme.
-¿Sabes leer?- preguntó sorprendido.
Asentí tímidamente.
-Interesante. ¿Cuántos años tienes?
- Doce -respondí.
-¿Donde están tus padres?
-Mi padre desapareció cuando yo era muy pequeña y mi madre murió.
-¿Y con quién vives?
-Acabo de llegar de otro pueblo y duermo en una posada. Estoy buscando trabajo.
-Interesante. ¿Te gustaría trabajar conmigo? No ganarías dinero, pero vivirías en mi casa con mi mujer y mis hijos. Seguro que ella estará encantada de cuidarte.
-¿Lo dice en serio?-exclamé-.Claro, señor, estaría encantada.
No cabía en mí de la alegría que sentí en aquel instante. Por fin las enseñanzas de mi hermano me habían sido útiles.
Pero poco sabía yo que aquellas mismas enseñanzas iban a cambiar mi vida por completo.

ELNA ROCA

2 comentarios:

Ms. Frutos dijo...

Elna te felicito por tu historia. Sólo se me ocurre decirte una cosa:ESCRIBE, no lo dejes.

Carlos dijo...

Muy bueno Elna. Que regalo para la vista este relato tan bien escrito.Me gustaría saber más de Veridiana, así que yo también te animo a que sigas escribiendo.